Rafael afrontaba las últimas horas de su turno en Santa Coloma junto a sus compañeros bomberos. Otra llamada de emergencia, un escape de gas que debía ser intervenido. El protocolo de siempre, las acciones de siempre. Pronto estaría solucionado y podría ir a ver a su hijo, antes de que fuera a la escuela.
Mientras tanto yo, como de costumbre, me había levantado temprano para agilizar el trabajo de gestión antes del comienzo de la primera cirugía. La radio me acompañaba en la autopista, alternando música y noticias.
La explosión fue fulminante. Varias personas murieron y Rafael fue despedido muchos metros, enterrado por restos del edificio. Por la radio, informaron que era una escena dantesca, y me dieron a entender que el día iba a ser complicado. Igual que Rafael y sus compañeros, estamos entrenados para ello. Activarse en unos segundos para actuar eficazmente sin margen para el error. Su cirugía fue de alta complejidad, uniendo y recomponiendo cientos de fragmentos de su cara maltratada por el destino.
Su recuperación fue lenta, afrontando semanas de rehabilitación y adaptación a un mundo de tinieblas. Había perdido prácticamente la visión y con ella muchas pasiones cotidianas.
Y sucedió algo frecuente en el espíritu humano, cuando miramos cara a cara a la muerte y a nuestro destino. Rafael resurgió con fuerzas redobladas e inició un camino excitante de superación que le ha llevado a esquiar, escribir libros, hacer kite surfing y hasta marcar un penalti sin ver tres en un burro, como él comenta. Y ahora, según explica, es más feliz que antes de su accidente. Su felicidad le ha llevado hasta aparecer en programas de televisión explicando sus proezas y su reconstrucción con la cirugía plástica.
Su historia llegó hasta un chico sin cara, que pasaba las horas postrado sin esperanza, sin ningún aliciente, sin vida. Y aquella historia de superación de Rafael, hizo que Óscar se levantase y viniera a buscarme con una pregunta: Doctor, ¿puede ayudarme?. Y le ayudamos, con un trasplante de cara que ha quedado escrito en la Historia de la Medicina.
Escrito por el Dr. Joan Pere Barret, Jefe del Servicio del Departamento de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario Vall d’Hebron. Columna en La Vanguardia, 31 de octubre de 2013